Una situación compleja para miles de personas que migraron de manera forzada desde Venezuela hacia Colombia y otros países de Sudamérica, y que debido a la crisis sanitaria y socioeconómica generada por el COVID-19 se están viendo obligadas a regresar a su país sin condiciones de seguridad y voluntariedad.
Las imágenes de cientos de personas caminando por las carreteras de Colombia se repiten, ahora en el sentido contrario: en dirección de las zonas fronterizas de Colombia con Venezuela. Desde distintas ciudades de Colombia se están generando “caravanas” de autobuses gestionados de distintas maneras para conducir a familias de personas migrantes que habían llegado de Venezuela en los últimos años y ahora regresan obligados nuevamente por las circunstancias adversas.
“El retorno de los migrantes venezolanos no es digno ni voluntario” de esta manera titula el medio Crónica UNO citando al director regional del JRS en Latinoamérica y el Caribe. Y continúa:
“Si no tienes seguridad, te están echando del lugar de residencia, comienzas a tener una situación de calle. Eso es lo que estamos viendo en Colombia y Ecuador, esta gente se está viendo abocada a retornar”, asegura Oscar Calderón, director general para América Latina del Servicio Jesuita a Refugiados (JRS). La mayoría de los migrantes venezolanos no cuentan con un contrato formal de trabajo y viven de la remuneración diaria.
Ver el artículo completo:
La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados en Colombia a través de su campaña Somos Panas Colombia ha venido ofreciendo información diversa para que las personas que se encuentran en esta situación puedan tomar decisiones con mayores elementos.
Aquí un ejemplo de los mensajes ofrecidos:
Desde la Red Jesuita con Migrantes seguimos afirmando que la #SolidaridadMejorProtocolo en medio de realidades tan complejas para miles de personas que solamente están buscando una vida mejor para si mismas y para sus familias.
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