PUBLICADO EN LA REVISTA AURORA NÚMERO 10 "VOCES DE JUVENTUD" DE LA CPAL
Luis Fernando Gómez y Natalia Salazar de la RJM
Marilú Cárcamo y Beatriz Barrera del JRS México La importancia del acompañamiento a personas jóvenes refugiadas -y más aún en medio de la Pandemia
Los efectos de las distintas crisis generadas por el COVID-19 han tenido impactos diferenciados en las personas en Latinoamérica, afectando de manera grave a las personas refugiadas, desplazadas y migrantes. Los riesgos sobre las niñas, niños, adolescentes y jóvenes que hacen parte de los cientos de miles de personas en tránsito o solicitantes de refugio, se han incrementado por encontrarse en medio de mayores vulnerabilidades. Por esto es tan importante acompañarles, con las limitaciones propias del aislamiento físico, para cuidarles y junto con ellas no perder la esperanza.
Desde la Red Jesuita con Migrantes, queremos compartir la experiencia de dos profesionales del equipo del JRS México que prestan su servicio y acompañamiento en la ciudad de Tapachula al sur de este país. Dos mujeres jóvenes que con cariño y dedicación no se han detenido durante estos meses en su labor y más bien han buscado creativamente nuevas formas de caminar con las personas migrantes y refugiadas. Gracias a ellas podemos leer directamente las palabras de una joven refugiada. Es un mensaje de alguien que sabe muy bien, y antes de esta Pandemia, lo que es vivir en la incertidumbre y el miedo.
Dibujo realizado por M.P. Este dibujo representa la obscuridad en la que llegamos las personas, y la luz que se abre para los migrantes al llegar al Servicio Jesuita a Refugiados.
Sigue el relato de Marilú y Beatriz desde el JRS México. A partir del mes de marzo debido a la contingencia sanitaria por COVID-19, el acompañamiento al grupo de confianza para adolescentes y jóvenes del Servicio Jesuita a Refugiados (JRS México), se vio imposibilitado a continuar de manera presencial. Por lo que en estos meses transcurridos se tomaron iniciativas para seguir tejiendo puentes de comunicación y medidas contra el aislamiento impuesto como medida sanitaria.
Se emprendieron iniciativas con el objetivo de incidir en el bienestar psicoemocional de las y los jóvenes que acompañamos, brindando contención y atención psicológica, así como incentivando la realización de actividades recreativas y de esparcimiento para ellos y sus familias.
Acompañados de sus saberes e intereses las y los jóvenes han colaborado en la elaboración de propuestas para la realización de actividades en casa, así como el préstamo de libros, huertos en casa, música, actividad física, pintura y escritura. Así mismo se han realizado las primeras sesiones del grupo de confianza juvenil en línea, con la intención de seguir brindando espacios seguros para continuar tejiendo una red vital, en donde la compañía y escucha del otro hace frente de forma importante al aislamiento y la sensación de desarraigo.
Esta experiencia nos ha permitido abrir otras puertas para elaborar en lo emocional lo que se está viviendo ante el aislamiento, así como de atestiguar habilidades y recursos de cada joven.
M.P., es una joven refugiada, a sus 16 años nos relata su visión esperanzada y activa de cómo ha venido enfrentando las distintas crisis que estructuran su proyecto de vida. Cuando decimos en la Red que aprendemos lo fundamental de las personas que acompañamos, quizá este testimonio sirva para explicarlo de una manera más sencilla. A continuación compartimos el relato de su experiencia en esta pandemia:
"En esta contingencia he realizado muchas actividades. He hecho dibujo, canastas con material reciclado, he escrito historias, he aprendido a hacer bisutería, he aprendido más sobre cómo hacer maceteros, también me he interesado más en la literatura leyendo libros de diversos géneros y he aprendido a bordar porque antes no sabía, esto fue gracias a mi hermana.
He descubierto que soy muy creativa, y que no sólo me puedo quedar en un concepto, porque de las pequeñas cosas puedo crear una gran obra de arte. En este tiempo de cuarentena he aprendido mucho, a trabajar en equipo, a comunicarme más con las personas, a tener afecto a las cosas sencillas así como las pequeñitas cosas; como una pulsera que hice, me sentí tan alegre porque la realicé yo con mis propias manos y me inspira a seguir haciendo. Aprendí a tener más confianza en mi misma y a no tener pena. También a que no tengo que ser tan cerrada, que tengo que escuchar a los demás.
Pero sobre todo aprendí a amarme a mí misma , a tener más confianza y a ser más sociable.
He dibujado desde que tengo memoria, leo muchos libros y al leerlos empecé a desarrollar más mi mentalidad, el habla y a mejorar mi ortografía.
Todo lo que he aprendido en esta cuarentena creo que me va a ayudar porque como dice Gretta Thunberg -en su biografía- no eres tan pequeño para crear cosas grandes. Sé que en un futuro puedo realizar lo que yo quiera, puedo confiar en mí y no voy que rendirme, tengo que realizarme, no importa lo que pase.
La convivencia con mi familia ha sido hermosa, aunque siempre hemos sido muy unidos los 5, en Honduras teníamos cenas familiares o íbamos a pasear a lugares y teníamos momentos de pláticas. Ahora nos encontramos en la ciudad de Tapachula, México. Hemos aprendido a pasar por momentos difíciles, aunque venga otra cuarentena, que espero que no suceda, ya sabremos trabajar en equipo.
A mi familia les conecta hacer manualidades, nos gusta contar historias. Dios nos ha cuidado en todo momento y aprendimos a tener confianza en él, el amor de Dios nos ha ayudado a confiar en nosotros y apoyarnos. Las experiencias difíciles que nos han pasado nos han preparado para esto, si vienen más problemas no nos vamos a preocupar porque sabemos cómo actuar.
En esta cuarentena muchas personas sufren por enfermedad, por una muerte de un familiar, por soledad, por la salud mental o por hambre; pero siempre habrá alguien tan poderoso, tan fuerte y tan glorioso que se llama Jesucristo y él es el consolador que trae la paz en la tormenta.
Aunque tengamos pocas cosas, lo más importante es el amor que tenemos como familia."
M.P.,16 años, refugiada.
La niñez y juventud no solo es una parte de población más vulnerable entre los vulnerables, que lo es y hay que decirlo, es paradójicamente también la parte más importante de cara el futuro, son llamada en la tercera Preferencia para todo el Cuerpo Apostólico, y son esperanza de futuro y de creatividad.
Es clave que la juventud migrante, desplazada y refugiada tenga su propia agencia, es decir el acompañamiento integral enfocado al empoderamiento; nos exige escucharles, y en esa escucha encontraremos claves para imaginar realmente un futuro extraordinario hacia el que migrar. En ese migrar hacia lo extraordinario la juventud no solo es necesaria sino que es clave para generar una sociedad nueva, renovada y radicalmente distinta.
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