Ser una persona migrante o desplazada forzada es, en todos los países del continente, una condición de vulnerabilidad evidente. Dentro de las poblaciones migrantes forzadas la situación de regularización o no puede marcar una diferencia en cuanto a protección y acceso a derechos.
Pero incluso en una situación regular en el país de destino las vulneraciones de derecho pueden persistir. La evolución de perfiles de las personas desplazadas, migrantes y refugiadas en los últimos años, han supuesto que determinados grupos se expongan a una doble o triple condición de vulnerabilidad, por ser migrantes y carecer de recursos económicos y además, ser mujeres, madres solteras, menores, indígenas, afro-descendientes, ancianos, personas con capacidades distintas y desde luego por ser personas migrantes del colectivo LGTBIQ+, entre otras condiciones.
Nuestras compañeras de Encuentros SJM Perú se han adentrado en la realidad de las personas migrantes y desplazadas LGTBIQ+ en Perú, y han puesto el foco en analizar cuál es su situación frente al acceso a los servicios públicos, en concreto se han preguntado por las barreas, lo que llaman puertas y ventanas cerradas que deben enfrentar para ejercer algo que simplemente debería concebirse como un derecho.
Con el apoyo de DRC (Consejo Danes para Refugiados) y de la Unión Europea, Encuentros SJM PERÚ ha lanzado una publicación que quiere descifrar estos retos: "Puertas y ventanas cerradas: Barreras de acceso a los servicios públicos de las personas LGBTIQ+"
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